martes, 3 de mayo de 2011

redaccion


Vegetación: La mayoría del área del Parque Natural está cubierta por alcornoques, en ocasiones mezclados con acebuches, quejigos, robles melojos... dependiendo de las condiciones de humedad y tipo de sustrato. El alcornoque es un árbol típico de la cuenca mediterránea que ha adquirido adaptaciones singulares para sobrevivir en este clima. Posee raíces profundas para captar agua con mayor facilidad y las hojas tienen una cutícula dura que impide el exceso de transpiración y por tanto la pérdida de agua a través de la superficie. Por último, la corteza de corcho actúa como capa protectora contra el fuego, pues en la región mediterránea existe un fuerte riesgo de incendio durante la época estival. El matorral que coloniza las laderas es generalmente el resultado de la degradación del bosque originario, constituido por quejigos y robles. Sin embargo en ocasiones se desarrolla sobre superficies azotadas por el viento o bien sobre suelos muy pobres donde el bosque no puede prosperar. Está constituido por lentiscos, jaras, brezos, cantuesos, torviscos y majuelos, entre otros especies típicas del clima mediterráneo. Los canutos, valles profundos y estrechos formados por los ríos, suponen auténticos bosques subtropicales, en la actualidad desaparecidos del continente europeo salvo en Turquía y España. Estos valles excavados por los cauces fluviales están formados por laurel, rododendro, avellanillo, durillo, aliso, acompañados por acebo, y ejemplares de helechos poco comunes en nuestros bosques.

Fauna: Fauna: Las monterías suponen uno de los principales recursos económicos del espacio. Entre las piezas de caza se halla el corzo, que encuentra en estas tierras su distribución más meridional, y que debido al aislamiento del resto de las poblaciones peninsulares ha evolucionado hacia un ciclo anual diferente al del resto de España, perdiendo las cuernas a finales de septiembre, por lo que tiene un período cinegético especial. El ciervo ha sido reintroducido recientemente, así como el gamo y la cabra montés, que aunque no habitaban estos parajes, han sido introducidos para las grandes monterías. Estas sierras presentan además una gran riqueza en rapaces contabilizando hasta un total de 18 especies. Las mejor adaptadas a este tipo de bosque son las águilas calzadas, culebreras y ratoneras, azores, gavilanes y cárabos. En las lajas y tajos de la sierra se localizan rapaces rupícolas como el buitre común, el alimoche, el águila perdicera, el búho real, halcones peregrinos y cernícalos. La fauna que habita en los citados canutos está compuesta por mirlos acuáticos, martín pescador, aviones zapadores...

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