Cuando Ramón Lamote salió de dar su clase, no lo podía creer. Allí estaba de nuevo la mujer de la otra vez. Él no se lo pensó dos veces le pidió a la mujer que se apartara educádamente, y ella le dijo:- ¿Otra vez tu?- el le respondió:-si soy yo ahora podría apartarse por favor- ella dijo:-Si- ella se aparto y el pudo pasar, ella pensó:Al final no era mal educado- y el pensó: Al final no era mal educada-
FIN
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